No lo había entendido!!
Solo me di cuenta años después de dejar a varios de mis amores, que miré en perspectiva mi vida y lo entendí: Jamás he sido la elegida para alguien.
La tristeza se hace más fuerte al verlos con una sonrisa en la cara, porque en alguna parte de este mundo donde yo existo, encontraron el verdadero amor. Ese que nunca fui yo.
Los seres humanos vivimos anhelando pertenecer. Nos impulsa el deseo ardiente de ser vistos, de brillar en los ojos de otros. Anhelamos la certeza de que, en el alma de quien amamos, late un eco que nos confirma: eres amada.
Pero crecemos enfrentando la verdad descarnada del rechazo, del abandono, de no ser nunca los elegidos.
Las heridas sobreviven en el alma de todos. Algunas veces el corazón se nos quebró al enfrentar la amarga verdad de que nunca seríamos el ideal para quien era nuestro todo. Y yo, que siempre he querido ser una niña vista, una pequeña mujer con ganas de ser contemplada, busco en los ojos de los hombres que he amado la respuesta que he anhelado; ser, por fin, la elegida.
Elegida para ser amada. Elegida para crear una vida, para construir un hogar, para explorar el mundo y descubrir formas de existir. Elegida para formar parte de algo más grande, algo que sea mío. Elegida para ser la mujer correcta, la mujer que se espera. Elegida para ser esposa, madre, compañera, de un hombre ideal para mí.
Me vi reflejada en los ojos del hombre que ya tenía nombres a nuestros hijos.
Algunas veces lo pensé con aquel que me decía que nadie me amaría como él lo hacía.
Por instantes, me perdí en la ilusión de quién me ofrecía la luna, el cielo y la tierra.
Sentí la cercanía cuando otro me susurró la promesa de una vida juntos.
Me sentía un poco más segura, cuando él nos imaginaba viajando por el mundo.
Y en fugaces momentos, construí en mi mente un hogar, una vida, con aquellos que me juraron que yo era la única.
Cuando se existe en este mundo con bastantes formas de soñar, las ilusiones son igual de gigantes. Estoy segura que todos soñamos con ser elegidos por la persona que amamos. Es algo innato, es algo que pertenece a nuestro pulso, es lo que nos hace ser humanos.
Me he sentido rota por bastante tiempo. He caminado los últimos años desgarrando partes de mí sin entender ¿por qué no fui yo? Existo creyendo que no estoy completa y que sin estarlo, ¿quién podría sostenerse de mí para anhelar algo más que un amor de besos y pasión?
Me he querido hacer daño con la idea de creer que he sido un desastre irreparable. Que soy difícil de amar. Qué tal vez soy incorrectamente hecha para otro ser. Qué de mí solo se percibe el amor en formas irracionales y caóticas. Que no sirvo para brillar de la mano de alguien más.
Pero también me reclamo la absurda obsesión de poner el peso de las heridas solo en mí. Por qué ahora después de largos años cuidando mis propias laceraciones, estoy casi segura que esas personas no me eligieron, porque ellos no eran los correctos para mí.
Eso solo lo pude entender porque antes de esperar que alguien más me eligiera, me tuve que detener en el camino, dejar de arrancarme los pedazos del alma y volver a completarme.
Solo cuando me elegí a mí misma entendí que soy perfecta para quien desee explorar mi universo ambicioso, amplio, sombrío pero con mucha luz. Llenito de estrellas, de amor y palabras inequívocas. Con absurdas ideas y locuras que aterrizar en la tierra. Con un centro potente de fuego que solo lo lograría tocar, aquel que contenga el mismo calor para no quemarse.
Estoy convencida que la vida que me espera es más grande de lo que yo soñaba. Mis sueños eran pequeños porque aún era pequeña.
Ahora que he crecido, que soy una mujer gigante que explora su existencia en todas las maneras buscando respuestas y claridad, entiendo que mientras me siga eligiendo a mí misma siempre, llegará el hombre correcto que quiera todo conmigo.
Un hombre que no me llene de promesas sino de manifestaciones. Uno que me busque al otro lado del océano sin la excusa de los kilómetros. Uno que sepa revolcarme el cuerpo como la mente y detenerme para racionalizar mi locura. Uno que quiera construir una casita, un hogar cerca al mar para mi felicidad. Uno que luche contra la vida misma para quedarse. Uno que me este buscando como yo a él. Uno que tenga la absoluta certeza de que soy la correcta.
No paro de creer. Jamás he perdido la fe. Sigo confiando en la vida. Las intenciones de mi corazón van dirigidas a él. Mi cuerpo sigue latiendo aguardando por el suyo.
Sé que existes y creo que ya te encontré
(una historia de amor que se está manifestando)
-JJJ
Como siempre, escribes delicioso, desde ese fuego tuyo tan personal.
Siempre es interesante ese dilema que cuentas de "no nos eligen porque no somos suficiente o porque ellos no son lo mas adecuado para nosotros?".
Pequeña LaTresJotas, hay personas que no están destinadas a cosas pequeñas, a vidas pequeñas, a amores pequeños... Los hay que el porvenir les tiene otros planes preparados, fuera de las historias que nos cuentan las peliculas, mas allá de lo que nuestra pequeña imaginación humana es capaz de entender, lejos de lo que nuestros miedos y creencias nos han hecho resignarnos y limitarnos....
La Vida siempre acaba abriendose camino, de la manera mas brutal y maravillosa, a la par, pero en el momento mas adecuado, cuando todas las estrellas se han alineado.
Será que están alineadas todas las estrellas para ti en este momento?
Mucha dicha en tu camino y que el fuego cálido esté siempre contigo.
Gracias por compartirte ❤️